"Sólo podemos dar una opinión imparcial sobre las cosas que no nos interesan, sin duda por eso mismo las opiniones imparciales carecen de valor." Oscar Wilde

lunes, 24 de enero de 2011

Ante la duda, la más...

Que es más fácil perjudicar a un equipo en puestos de descenso que a uno que aspira a jugar cada año la Champions, está claro. El dato que hasta este sábado no conocía era el de que un colegiado tiene el derecho y el poder de reírse a la cara de un equipo sin notoriedad mediática, haciendo las veces de Todopoderoso corrupto que se "pasa por la piedra" el trabajo de un equipo por levantar un partido.

Duda saliendo del terreno de juego
La imagen de la izquierda es la de un jugador (Duda) que se siente ninguneado e impotente ante la capacidad decisiva de un juez injusto. Alguien que, llevándose por delante sin miramientos a tres personas del equipo que el pasado sábado visitaba Mestalla, quiso quitarles su ansia de victoria, pero no pudo. El Málaga se encargó de ponérselo difícil a Rubinos Pérez a la hora de confirmar a media España un resultado "fácil" de la Quiniela. 

Tan solo unos minutos después de ver cómo el Málaga se adelantaba en el marcador, el arbitro del encuentro se frotaba las manos pitando un penalty en el área malacitana y expulsando a la vez al jugador causante de la acción (acertó en esta acción). "Esto se pone fácil", debió pensar. Pero nada de eso porque el equipo de Pellegrini, que, a mi modo de ver, tiene menos futuro en la parte roja de la 'tabla' que un anciano con parkinson robando panderetas, fue a Valencia con la firme convicción de salir victorioso, y estuvo a punto de hacerlo a pesar del arbitraje. 

El supuesto 'corte de mangas' de Hélder Rosario
Me frotaba los ojos al ver la segunda expulsión del Málaga. Cuando Hélder Rosario protesta una decisión al linier y le muestra su dedo índice, como bien se ve en las repeticiones, y el mandamás del partido decide ejecutar su labor de "ante la duda, la más..." (sí, tetuda), aludiendo a un inexplicable argumento que recitaba "hacer un corte de mangas al árbitro asistente nº2".

El tercer regalo post-navideño de Rubinos en forma de cartulina roja iba a ser para Pellegrini. En el acta, el colegiado se justifica diciendo que había entrado "en el terreno de juego a la altura de la línea central durante una detención, protestando insistentemente nuestras decisiones". Lo que en ese momento Manuel Pellegrini protestaba era nada más y nada menos que una expulsión por doble amarilla más que merecida a Aritz Aduriz, que entra con la plancha a Jesús Gamez, y que no se recoge en ningún resumen del partido, una vergüenza. 

Además, y por si fuera poco, los jugadores del Málaga aseguran que el colegiado se despachó en sucesivas ocasiones en su contra diciendo, por ejemplo, "Aprende a salir de la portería, chaval; eres muy malo" a Asenjo, tras fallar en la salida de un corner que supuso el 3-3 en el marcador. Es normal que jugadores como Apoño o Baptista, declararan que Rubinos Pérez "faltó al respeto" a su equipo.

Bajo mi punto de vista, un buen arbitraje es aquel que pasa desapercibido durante todo el encuentro, pero a los españoles nos gusta 'hacernos notar', y a los árbitros más que a nadie. Creo que después del desastroso partido del sábado, el colegiado madrileño debería ser amonestado por el Comité. Eso sí, tengo mis dudas acerca de si el mismo que se lleva hoy la reprimenda por mi parte, es solo el soldado raso que ejecuta la orden de un ejército que se corrompió hace tiempo.

PD 1: Ayer me fijé en que la marca de ropa que patrocina tanto al R.C.D.Espanyol, como al Málaga C. F., no invierte mucho en diseño. Sólo patrocina a estos dos en España, y repiten camiseta.






PD 2: Sígueme en twitter: @elchicledejabo

martes, 4 de enero de 2011

"¡Iniesta de mi vida!"

Por fin asomo la cabeza entre polvorones, siestas, y suculentas y copiosas comidas, para dar vida a un breve repaso de este sin duda histórico año 2010, en lo que a deportes se refiere. 

Cuando mirábamos el calendario y buscábamos posibles fechas de morbo deportivo nos fijamos en una posible final de Champions entre Real Madrid y Barcelona en el Santiago Bernabeu. Sin embargo, el destino, lejos de enfrentar a los españoles, quiso unirnos en lo que será recordado como el acontecimiento deportivo español más relevante de la historia, el Mundial de fútbol. Desde el 11 de junio hasta el 11 de julio las rivalidades se dejaron a parte; Piqué ya no era ese central culé al que odiar, y Ramos dejaba de ganarse la animadversión de los seguidores barcelonistas para convertirse en ese "caballo loco" que subía y bajaba las bandas de forma incombustible.

Pero este no es el único éxito deportivo español en este año que nos deja, ni mucho menos. El segundo anillo de Gasol, el año plagado de títulos de Nadal, el Tour conseguido por Contador, el triplete del motociclismo español, o el increíble año de Fernando Alonso con un coche muy por debajo de los Red Bull. A pesar de esto, hay gente que, con el afán de "buscarle tres patas al gallo", intenta desprestigiar el sin duda meritoso éxito del buen hacer del deportista español.


Con todo, nos quedan 365 días para la historia. Una historia que no se aprecia como debiera a medida que se escribe, sino a posteriori, y que despertará escalofríos y añoranza en el futuro, cuando nos paremos a pensar en aquel minuto 116 en el que Carlos Martínez gritaba aquello de "¡Iniesta de mi vida!".