"Sólo podemos dar una opinión imparcial sobre las cosas que no nos interesan, sin duda por eso mismo las opiniones imparciales carecen de valor." Oscar Wilde

martes, 4 de enero de 2011

"¡Iniesta de mi vida!"

Por fin asomo la cabeza entre polvorones, siestas, y suculentas y copiosas comidas, para dar vida a un breve repaso de este sin duda histórico año 2010, en lo que a deportes se refiere. 

Cuando mirábamos el calendario y buscábamos posibles fechas de morbo deportivo nos fijamos en una posible final de Champions entre Real Madrid y Barcelona en el Santiago Bernabeu. Sin embargo, el destino, lejos de enfrentar a los españoles, quiso unirnos en lo que será recordado como el acontecimiento deportivo español más relevante de la historia, el Mundial de fútbol. Desde el 11 de junio hasta el 11 de julio las rivalidades se dejaron a parte; Piqué ya no era ese central culé al que odiar, y Ramos dejaba de ganarse la animadversión de los seguidores barcelonistas para convertirse en ese "caballo loco" que subía y bajaba las bandas de forma incombustible.

Pero este no es el único éxito deportivo español en este año que nos deja, ni mucho menos. El segundo anillo de Gasol, el año plagado de títulos de Nadal, el Tour conseguido por Contador, el triplete del motociclismo español, o el increíble año de Fernando Alonso con un coche muy por debajo de los Red Bull. A pesar de esto, hay gente que, con el afán de "buscarle tres patas al gallo", intenta desprestigiar el sin duda meritoso éxito del buen hacer del deportista español.


Con todo, nos quedan 365 días para la historia. Una historia que no se aprecia como debiera a medida que se escribe, sino a posteriori, y que despertará escalofríos y añoranza en el futuro, cuando nos paremos a pensar en aquel minuto 116 en el que Carlos Martínez gritaba aquello de "¡Iniesta de mi vida!".

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