Todo el mundo ha jugado alguna vez a ese juego en el que dos imágenes casi calcadas se muestran a la par, y tu debes encontrar los pequeños puntos en que difieren. Pues bien, yo esta mañana, y a sabiendas de las repercusiones y malestares que esto va a suscitar entre los aficionados blancos, me he propuesto evidenciar lo evidente, que el Barcelona y España son el resultado similar, de una suma con sumandos casi idénticos.
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Alineaciones de Barcelona y España, rescatadas de Marca.com |
Cuando intuía esta idea durante la competición de selecciones, los madridistas se lanzaban a mi cuello tachándome de "falta de sentimiento español", por no dejar de lado la diferenciación de jugadores según equipos y creer en una selección española como bloque independiente. Obviamente, me entendían mal.
Al ver ambas alineaciones (imagen de la izquierda), uno puede darse cuenta de lo evidente que resulta comparar a ambos equipos. Con Torres en un estado de forma por debajo del que se esperaba, Pedro se ganó a conciencia la titularidad con su rendimiento dentro del campo, además de (al igual que con Guardiola en el Barça el año anterior) suponer un elemento sorpresa casi desconocido en la opinión pública mundial. Después de este cambio en el once titular de 'la Roja', el equipo quedaba a cuatro jugadores de ser el once ideal del Fútbol Club Barcelona.
Para completar un equipo ya de por sí tan completo como lo es el de la selección española, uno solo puede pensarse el introducir a jugadores 'top', como diría Mourinho. Y esto es lo que ocurre con el Barça. El aplomo, juego en largo y orden que da Xabi Alonso se sustituye por la movilidad y magia del indudablemente mejor jugador del mundo actualmente, Messi, retrocediendo a la posición del primero a Iniesta. Capdevila, el punto más flojo de la selección, se cambia cual cromo por Abidal, quien, a pesar de ser criticado y puesto a prueba constantemente, radia a un gran nivel como se vio ayer durante el partido. Sergio Ramos, (y aquí me caerán piedras por todos lados) para mi no sirve de lateral. Posee un despliegue físico inaudito, tan notable como el de Dani Alves, pero su capacidad para recuperar el sitio no es la misma, y tampoco su calidad en el último tercio de campo. Esto lo resiente tanto el Madrid, como el combinado español cada vez que juega en esa posición. Si bien es cierto que aporta mucha solidez defensiva en los balones aéreos, y supone un arma importante en las jugadas ofensivas de este tipo. Su sitio, a mi parecer, es el centro de la zaga; puesto que ocupará con la marcha de la selección de Carles Puyol. En esa posición (la del lateral derecho), por tanto, el Barcelona no tiene nada que envidiar a la selección española, sino todo lo contrario.
El único puesto en el que España es más fuerte que el Barcelona es la portería. Aunque Victor Valdés pase por un momento óptimo, y aunque a Iker no se le pueda exigir el más que pulido juego de pies que tiene el cancerbero blaugrana, aquí para mí no hay discusión: el santo es el santo, y lo recuerda cada vez que su equipo lo necesita.
Así pues, la victoria de ayer del Barcelona frente al Madrid, tal y como dijo Pep, creo que se trata del triunfo de un estilo. Si por algo conocen a España fuera de nuestras fronteras es por el famoso tiki-taka, y el máximo representante de este juego es el equipo de Guardiola. Por esto, y porque, simplemente, siete de sus jugadores coinciden en el once titular, ambos equipos se parecen, y mucho.
A los seguidores del FCB esto, lejos de molestarles, debe alegrarles, porque viven un momento de éxitos y euforia sustentado por la victoria de un estilo, el suyo. Y para los del Real Madrid no debería ser diferente. El club blanco tiene muchas Champions, muchas Ligas, pero en la actualidad solo queda rendirse a lo evidente.
Los primeros disfrutan doble, porque tanto en España, como en Europa, como a nivel mundial con su selección, el equipo al que siguen tiene todas las de ganar. Los segundos, cuando llega el momento de España, y de que el equipo compuesto (en su gran mayoría) por jugadores del equipo blaugrana defienda los colores de nuestro país, deben disfrutar sin engañarse a sí mismos, porque "el que quiera decir a otras personas la verdad, debe saber soportarla en sí mismo".(Adolfo Kolping)
