"Sólo podemos dar una opinión imparcial sobre las cosas que no nos interesan, sin duda por eso mismo las opiniones imparciales carecen de valor." Oscar Wilde

martes, 27 de septiembre de 2011

El poder corrompe, y el poder absoluto corrompe absolutamente

Cuando Serra Ferrer compró la mayoría de las acciones del Mallorca por cerca de dos millones de euros en junio de 2010 ya lo dijo: "No me mueve el superar una clasificación. Quiero ayudar a sanear bien el club y también mejorar a nivel social”. Dicho y hecho. El máximo mandatario del club balear ha dispuesto de todo su poder para llevar su relación con Michael Laudrup al extremo de hacerle dimitir.

Tal y como dijo entonces, su objetivo prioritario a la hora de tomar decisiones no está siendo el de mejorar el rendimiento deportivo de su club. O al menos eso parece al prescindir de un entrenador en la sexta jornada de Liga, y no por sus resultados, sino por una rencilla interna, supuestamente provocada por el carácter autoritario del máximo responsable del club.

Sin conocer la figura de Serra Ferrer en su persona, uno sufre la tentación de dejarse llevar por la aparente sensatez del ex-futbolista danés y su más que probable apatía ante los problemas personales con sus superiores. Y no es solo cosa de apariencia, porque Michael, si por algo ha destacado siempre es por ser un hombre de carácter leve y por sus genialidades dentro del campo. 

Quizás fomentaron todo este problema las declaraciones de su segundo, Larsen,  en las que el presidente quedaba retratado literalmente como una "mala persona". O quizá esto le vino bien para despedirle y provocar la caída de su entrenador, quien, como era previsible, no iba a aguantar en el puesto mientras se deshacen de su cuerpo técnico. 

En todo caso, el equipo, que se encuentra en mitad de tabla, tendrá que levantarse en poco tiempo y hacer piña a las órdenes de quien quiera que ponga al frente el señor Ferrer (se habló de que podía ser él mismo). De todas formas, Laudrup avisa: "El Mallorca será lo que Serra Ferrer quiera que sea". Y es que, después de lo visto y leído, parece una de esas ocasiones en que uno llega al poder para solucionar un problema y acaba siendo El problema.

"El poder corrompe, y el poder absoluto corrompe absolutamente"                                                        John Emerich Edward Dalberg Acton

Nos vemos en twitter: @mferar

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