"Sólo podemos dar una opinión imparcial sobre las cosas que no nos interesan, sin duda por eso mismo las opiniones imparciales carecen de valor." Oscar Wilde

martes, 5 de octubre de 2010

Hay más de dos

Llevamos seis jornadas de liga y, como la temporada pasada, siguen siendo dos los actores principales. El Madrid y el Barcelona son, como digo, los únicos que reciben una atención especial a nivel nacional. Sin embargo, esta vez el seguimiento solo se debe a los medios, cuando deberían centrarse en recalcar lo entretenida que está esta liga.

Darko Kovacevic celebra un gol al Real Madrid (2003)
Parece que se nos había olvidado lo emocionante de la existencia de terceros, e incluso cuartos candidatos al título. En los últimos años la pelea ha estado siempre al final de la tabla, luchando por el descenso, y no hace tanto de la época en que no se decidían las copas entre Barça y Madrid. Sin ir más lejos, en esta década dos equipos diferentes lo han hecho (Deportivo de la Coruña en el año 2000, y el Valencia en 2002 y 2004), y otros han estado cerca de hacerlo, como la Real Sociedad de Kovacevic, Nihat, De Pedro y compañía en 2003, cuando dejaron escapar el título en las últimas jornadas quedándose a tan solo dos puntos de los blancos.

Precisamente de esto hablaba en mi primera entrada cuando hablaba de la bipolaridad de la sociedad española, a veces (casi siempre) provocada por los medios. 

No son pocos los que me dicen que publique artículos de opinión acerca de la reciente "debacle"  del Barcelona en Champions y Liga, o sobre el aparente despertar blanco (cuando hace tan solo cinco días pugnaban con el Auxerre por salvar los papeles en la competición europea), pero, más allá de esto, y de opinar acerca de uno o de otro, deberíamos fijarnos en equipos como Villarreal y Valencia, hoy por encima de estos.

El Villareal hace años que sigue una filosofía introducida por Pellegrini que le ha llevado a consolidarse como un sólido aspirante temporada tras temporada a conseguir un puesto para Europa. Como este, el Sevilla sigue una política parecida, y sus objetivos a priori son los mismos. 


El actual líder, el Valencia, tiene más mérito si cabe por la grave crisis financiera por la que pasa. A pesar de la situación económica del club, y de la venta obligada de sus principales bagajes ofensivos, ha conseguido una plantilla amplia, compensada y de calidad. Por su parte, el entrenador, Emery, también merece un reconocimiento dadas las críticas recibidas desde que tiene el cargo, y cuyos frutos parecen nacer ahora, a base de tesón y convicción en sus ideas.


Está claro que en el fútbol, como en muchas cosas, "toda desventaja tiene su ventaja"  (Johan Cruyff), y el Valencia este año cuenta con la suerte del "tapado", aunque su presidente, Manuel Llorente, pide que sea diferente (y con razón).

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